Aguantar, afrontar, superar el miedo y mirar las cosas con la necesaria retrospectiva es la clave de la supervivencia en tiempos de crisis extrema.
Las preguntas a veces se multiplican ante situaciones de tensión, pero en lugar de proyectar un miedo descontrolado, paralizando nuestras acciones, quizás podamos hacernos preguntas más fundamentales
como :
1) ¿Son nuestros servicios, nuestros productos intrínsecamente buenos para nuestros clientes y el mundo en general?
2) ¿Contribuyen a mejorar el bienestar y la vida de mis conciudadanos?
3) ¿Está basada nuestra motivación en la satisfacción de nuestros clientes, empleados, socios, proveedores y terceros?
4) Sea cual sea la situación externa, ¿tengo la motivación y los recursos internos para seguir sirviendo a mis clientes y/o producir mis mercancías?
5) ¿Puedo seguir atendiéndolos con un cierto grado de autonomía o autosuficiencia local si es necesario? En otras palabras, ¿es la logística de suministro de mi empresa un factor de riesgo para detener mi actividad en caso de una situación extrema?
6) Etc...
Una respuesta positiva a estas preguntas permite restablecer una cierta serenidad y abordar las crisis extremas con esta perspectiva necesaria para tomar las buenas decisiones.
Tomarse el tiempo para reflexionar sobre cuestiones fundamentales acerca de por qué hacemos lo que hacemos nos lleva a enfrentar el miedo irracional creado y entretenido por el sistema de los medios de comunicación.
Todas las civilizaciones progresan por etapas. Dos pasos adelante, un paso atrás. El año 2020 y los años siguientes serán sin lugar a duda años de cuestionamiento de nuestros modelos económicos y sociales. Es imperativo que cuestionemos el impacto ambiental de nuestras actividades individuales y colectivas, sin miedo, sin juicio y sin culpa.
Es probable que debamos sustituir la competencia desenfrenada por una inteligencia de relación, una reapropiación de la colaboración amistosa y el desarrollo de una buena convivencia.
ADINVEST y sus equipos tienen confianza en el futuro. Creemos que muchas soluciones innovadoras, así como de colaboración, están a nuestro alcance y se tienen que implementar con inteligencia, sentido común, reactividad y previsión.
El miedo, aunque sea útil para la supervivencia en casos críticos, no debería de ser la base de nuestras decisiones empresariales. Por el contrario, la fe en el futuro, la confianza en nuestros equipos y en nuestras capacidades creativas, el gusto por lo bueno y lo bueno para nuestros clientes, el dominio de nuestro saber hacer son los factores clave para tomar decisiones serenas en caso de tormenta.
El miedo es la herramienta más antigua para controlar las mentes y las personas. Esta utilizado por cualquier sistema que se sienta acorralado antes de desaparecer. La crisis que acabamos de vivir y que aún no ha terminado, le ha dado la ventaja. Promovido por los medios de comunicación de los que nos podemos preguntar a qué mundo pertenecen, nuestras economías se detuvieron al instante, y el impacto de este temor ha impedido a nuestros líderes políticos pensar con sentido común. Sentimos que estamos experimentando el fin de un modelo y que una transición está en marcha. Esta fase ofrece grandes oportunidades y da aperturas para aquellos que son capaces de leer esta transición con calma.
Por lo tanto, parece que la principal causa de la crisis en desarrollo es más el temor que despierta en la población y entre los responsables de la toma de decisiones con una repetición mediática sin contradicciones y sin independencia, que la causa de este temor en sí.
Abordar los temas con cierta retrospectiva, cierta altura de mirada y un poco de sentido común, nos permite poner las cosas en perspectiva e identificar áreas de progreso en las que nuestras empresas pueden destacar, progresar y ofrecer servicios y productos sostenibles. El Business Mentor está a disposición de los empresarios para ayudarles a dar este paso atrás.